Los perros son los más afectados con la pirotecnia.

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En temporada navideña, que es cuando se utilizan los cohetes, reciben el doble de reportes por perros perdidos. Derivado de la angustia, ansiedad y desesperación que genera en los perros la pirotecnia, estos se vuelven más propensos a escapar de sus casas y extraviarse. Los cohetes causan taquicardia, miedo, vómito, estrés e inclusive epilepsia y en algunas razas pequeñas les causa hasta la muerte. La misma desesperación por el ruido los hace brincar cercas, desorientarse y por ende perderse. El 50% de los perros sufren de ansiedad y malestar ante la quema de cohetes por la agudeza de sus sentidos, el tener el oído tan desarrollado hace que perciban el ruido con mayor intensidad. Muchos canes han sido atropellados mientras trataban de huir del ruido, se han dado casos de perros muertos tras aventarse desde una gran altura. Dentro de casa el riesgo es igual, queda la posibilidad de que su corazón no soporte el estrés y muera a causa de un infarto. La detonación de petardos cerca de un perro puede dañar su oído de forma irreversible. Para evitar cualquier percance se recomienda a los dueños cerrar las ventanas o poner música a un volumen considerable, colocar una venda sobre su cuerpo.